Se sentó en el sofá con las piernas cruzadas y el portátil sobre ellas, abrasándole la piel. Estaba inquieta. No le gustaban las casas vacías; ni su casa vacía. Los crujidos le parecían ensordecedores, así que puso música a modo de autoengaño. Autoengaño, qué novedad. Y qué sincero a la vez, y sin embargo, no podía evitarlo. No es fácil desnudarse por dentro. Tantos miedos sin sentido... Tenía miedo a la muerte, y sin embargo, morimos cada día. De amor, de desamor, de rabia... hasta de sueño. Los términos absolutos nos aterran.
Subió el volumen de la música y entendió que no tenía miedo a morir, sino a no vivir... a necesitar prórroga.
domingo, 18 de septiembre de 2011
martes, 13 de septiembre de 2011
;)
“Hay que despertar a la gente. Sacudir su
manera de identificar las cosas. Habría que
crear imágenes inaceptables. Que la gente
eche espumarajos de rabia. Hay que obligarlos
a comprender que viven en un mundo muy
raro. Un mundo que no es nada tranquilizador.
Un mundo que no es como ellos creen”.
Pablo Picasso, pintor.
manera de identificar las cosas. Habría que
crear imágenes inaceptables. Que la gente
eche espumarajos de rabia. Hay que obligarlos
a comprender que viven en un mundo muy
raro. Un mundo que no es nada tranquilizador.
Un mundo que no es como ellos creen”.
Pablo Picasso, pintor.
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