domingo, 13 de febrero de 2011

Ya no PonGo Condición

Divago, cómo no, y entiendo que hay cosas, como la amistad, como el amor, que penden de un hilo, y eso nos humaniza, desde luego, responden a emociones, a lo más íntimo y personal que tenemos.
Pero nos hacen sufrir, como me dijo hace tiempo una amiga, por algo muy obvio: las personas no cuidamos de otras personas.
No nos paramos a pensar en el dolor que podemos hacer con un mal gesto, una palabra desafortunada, o con simple indiferencia. Eso nos hace poderosos, y a la vez, responsables.

En estos momentos, mi escala de valores de tambalea. Estar bien no debería ser tan difícil, pero lo es, cuando nadie te pregunta cómo estás, y si a tí también te ha afectado. A menudo sacamos conclusiones erróneas, conclusiones, al fin y al cabo, y las conclusiones no son realidades, porque para empezar, no están contrastadas.
Pero levanto la vista, pierdo mi mirada, y caigo tristemente en la cuenta por enésima vez de lo inocente y narcisista que soy, quizá sobre mí, ni se hayan sacado conclusiones, ni haya existido durante más de 2 minutos en sus pensamientos, simplemente, no soy importante para alguien. Y es más fácil si piensan que yo soy así, después de todo, siempre he hecho lo que me ha dado la gana, eso no lo niego. Es más fácil eso a tener que preocuparse de si lo están haciendo bien, si no serán las que me habrán dejado sola, y no al revés. Así es más fácil mitigar el sentimiento de culpa, la unión hace la fuerza, y yo, yo estoy sola.

Y no, no soy fuerte. Por eso me duele.

1 comentario:

  1. Tambien la soledad es algo relativo. Nos sentimos todos solos, y por lo tanto no llegamos a serlo verdaderamente..

    Otros saludos y sonrisas de papel

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